Introducción al Templo de la Paz

Las fuentes recuerdan el Templo de la Paz como un museo al aire libre en el que se hallaban expuestas las obras de los más célebres artistas griegos, una parte de las cuales rapiñadas por Nerón en Grecia y en Asia Menor para colocarlas en la Domus Áurea. 
 

Vetrina con il filosofo Crisippo

Al tema de la pacificación universal entendida como conclusión de las guerras hacia el exterior y representada simbólicamente por los despojos judías, se asociaba el de la paz interna, querido por la dinastía Flavia y representado por la “devolución” a los Romanos de las obras que arte que Nerón había guardado para sí. La riqueza de la decoración escultórica de la plaza se puede imaginar a través de las basas que sostenían las estatuas, en cada una de las cuales se hallaban indicados el nombre y la procedencia del artista que la había realizado. 
La homogeneidad morfológica de las basas y la paleografía indican que corresponden a la obra de restauración posterior al incendio de 192 d.C.
El busto-retrato de bronce del filósofo estoico Crisipo (281-208/204 a.C.), de época flaviana (75-80 d.C.), que fue encontrado en la zona del pórtico oeste en un estrato altomedieval, es otro espectacular hallazgo de las últimas excavaciones arqueológicas.